martes, 28 de abril de 2015

El Recreo

¡SÍ AL RECREO!

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El recreo es un breve descanso del alumnado después del trabajo de aula, generalmente en el patio y sin la dirección directa del maestro. Es un tiempo y un espacio con libertad para decidir qué hacer, cómo y con quién; para descansar y disfrutar, despejarse, desestresarse, jugar, correr, repasar tareas e interactuar entre pares. Actividades físicas espontáneas, libres y organizadas como correr, saltar, perseguirse, jugar con pelotas o bailar, moverse y escuchar música, mejoran el rendimiento posterior de la atención, concentración, comprensión y memoria.
El recreo promueve la socialización, la participación y las interacciones personales positivas, la creatividad y el aprendizaje de reglas y habilidades para tomar decisiones y resolver conflictos, y contrarresta las consecuencias negativas para la salud de la inactividad y el sedentarismo de los niños. 
El recreo es un tiempo lectivo y educativo que compone el 10% de la jornada escolar. Es justificada por ambos motivos nuestra preocupación y ocupación en él. Nada tan popular y deseado en el ambiente escolar como un agradable y largo recreo. 
Tradicional, lógica y necesaria, la recreación constituye, para la gran mayoría de los alumnos, tal vez el más importante estímulo que hace que la asistencia y esfuerzo de estar en clase sea más llevadero. Como sabemos, los niños y los jóvenes tienen aún más limitaciones que una persona mayor para realizar un trabajo atento durante un tiempo prolongado. 
Su vivacidad e inquietud hace que deban moverse con frecuencia; el cansancio por una atención prolongada es en ellos más frecuente; sus distracciones se multiplican ante un tiempo prolongado de atención. Los cortes, cambios de ocupación y momentos libres, se hacen imprescindibles.  Asimismo, los niños necesitan “airearse”, salir del ámbito de una clase cuya atmósfera se va tornando pesada y que, por lo mismo, no colabora a un trabajo diligente. 
Aparte de los muy importantes aspectos de descanso: cambio de ocupación, distracción, recomposición de fuerzas, y otros, el recreo tiene elementos de socialización socialización socialización invalorables, los cuales no se dan en el aula (allí se inician pero necesitan más espacio-tiempo); tampoco en plenitud en el hogar; y ni siquiera con los amigos de barrio. No cabe duda que “la inocencia del hogar” queda turbada fuertemente por el “contacto escolar”. El mundo escolar y recreacional es necesario e imprescindible, pero no por ello deja de “contaminar” y hay que saberlo y buscar evitar los daños. Obviamente los “aprendizajes inconvenientes” se dan con frecuencia en momentos de recreación y socialización. Pero tambié
El recreo escolar es precisamente un momento clave de socialización socialización socialización y aprendizaje de habilidades sociales. 
En efecto:
 • Se hacen nuevos amigos y amigas a un nivel más profundo que en el mero contacto de clase.
 • Se programan nuevos encuentros en el hogar, el deporte, el estudio y la ciudad, los cuales afianzan la relación y la amistad. 
• Se crean afectos y proyectos comunes. 
• También chocan ideas, deseos de juegos y se aprende, o no se aprende, a respetar las diferencias sin quebrar la amistad. 
• Se pulen comportamientos agresivos y dominantes, o no se pulen, que más tarde serán luces o sombras en el propio futuro mundo laboral y/o familiar. 
• Se aprende a compartir, o se queda en el egoísmo que únicamente se busca a sí mismo. 
• Se tiende a superar la timidez y a expresarse con propiedad, sosteniendo con sinceridad las ideas que se consideran correctas. 
• Se aprende, o no, a trabajar en equipo y a participar en proyectos comunes en favor de los demás. 

Pero también en el proceso de socialización, y en los recreos que constituyen uno de sus estandartes, ocurren aprendizajes inconvenientes que el maestro deberá procurar minimizar. 
El niño y el adolescente están ávidos por aprender, pero no aprenden siempre lo mejor. El recreo es un lugar donde la práctica de la convivencia y los valores que ella conlleva se hacen "a duras penas". La especial naturaleza de este espacio, que no olvidemos que es "lectivo", hace que los alumnos/ as "campen a sus anchas" sin objetivo ni organización. Bien es cierto que se contempla también el recreo como un tiempo de catarsis donde los niños/ as liberan su energía después de las clases convencionales pudiendo elegir con quién y cómo quieren jugar. En ese tiempo educativo se yuxtaponen diferentes organizaciones o sistemas de interacción social que es nuestro deber de mejorar o encauzar positivamente. La idea nace, no como obligación, si no como alternativa a la actividad habitual del alumnado basada en pocos juegos, feudalismo territorial (terratenientes que  siempre poseen los espacios y no dan pie a que otros niños/ as puedan disfrutarlos), poca actividad física y lúdica observada, muchos alumnos/ as inactivos ocupando rincones del colegio, poca interacción alumnos/ alumnas, chicas poco participativas en los recreos, alumnos más pequeños siempre en el mismo espacio, no existía opción de disfrutar de materiales y experiencias...

Mi recreo en el Colegio Amor de Dios

La zona del recreo es compartida para el primer y segundo ciclo de Educación Infantil, la duración es de 1 hora diaria, el lugar donde se produce el recreo es bastante amplio, aunque no dispone de columpios, solo hay una zona central que es donde está el arenero. El patio tiene zonas sombreadas y zonas con sol, también dispone de mucha vegetación, pinos, rosales, flores...
No hay muchos recursos, pero los niños disfrutan e imaginan, corren, buscan insectos, dibujan en el arenero...


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